Cada mañana, el hombrecillo llega con su báscula de baño y se sienta cerca del monumento del Gateaway de Mumbai levantado por los ingleses para recibir a sus monarcas.
La misma Puerta de la India por donde desfilaron las ultimas tropas británicas.
Cada jornada, cientos de familias y parejas, acuden desde las aldeas a retratarse por fotógrafos callejeros que ahí mismo imprimen las fotografías digitales mientras niños y adultos comen helados.
Cada día se teme a la leyenda que dice que el alma tiende a escaparse a cada foto, y cada día, al finalizar la sesión de retratos, los más supersticiosos, se acercan a la báscula del hombrecillo, pues también dice la leyenda que solamente el hombrecillo sabe pesar el alma.
“No te preocupes -suele decir al terminar- tu alma, sigue contigo” y aceptaba una moneda.